Registro de concentraciones de variables fisicoquímicas en fuentes hídricas afectadas por minería en el departamento del Chocó

Los estudios realizados entre 2012 y 2018 muestran que con el desarrollo de la minería a cielo abierto en el Chocó se afecta drásticamente la calidad del agua. A nivel fisicoquímico las variables que presentan mayor alteración e incremento en su concentración son la turbidez, los sólidos suspendidos, las grasas y aceites.

Lo anterior, debido a que la práctica minera conlleva a un desprendimiento de las capas del suelo, las cuales son lavadas con grandes requerimientos de agua y los residuos del proceso son vertidos de manera directa a los cauces. Los registros obtenidos durante los últimos 6 años, indican que las concentraciones de sólidos en los puntos monitoreados en fuentes hídricas pertenecientes a las cuencas del Atrato y el San Juan, oscilan entre 395 y 45.581mg/l, de ahí que se alcancen a registrar valores de turbidez superiores a 1100 FAU.

Sumado esto, el uso de combustibles y las actividades relacionadas con el establecimiento de campamentos aportan altas concentraciones de grasas y aceites que se han registrado por encima de 60mg/l, superando lo establecido por la normatividad como criterio para la preservación de flora y fauna.

Riqueza, diversidad y abundancia de macroinvertebrados y algas en fuentes hídricas afectadas por minería en el Chocó

La minería genera no solo la alteración de la calidad fisicoquímica de las fuentes hídricas intervenidas, sino también su modificación morfológica como consecuencia de la transformación del suelo, la eliminación de la vegetación de ribera y la sedimentación de los cuerpos de agua, lo que se traduce en una degradación del hábitat que reduce su capacidad de albergar grupos biológicos que soportan además de una red trófica compleja, la oferta de bienes y servicios asociados a las comunidades de las áreas de influencia.

Los estudios realizados muestran una baja presencia de macroinvertebrados, la cual se ve reducida a su ausencia total en algunos casos o a máximo 18 géneros con muy poca abundancia de individuos, indicando que se trata de ecosistemas altamente perturbados, con valores del índice BMWP/col, que oscilan en promedio de 18,25 que corresponde a aguas de calidad crítica y muy contaminadas de Clase IV.

Esta situación se repite para el caso de las algas perifíticas, grupo para el cual se ha encontrado una reducción del 50% de la composición luego del inicio de la explotación minera, haciendo que especies tolerantes al disturbio dominen el ambiente acuático.

En términos generales, los estudios evidencian que la minería genera alteraciones estructurales y fisicoquímicas pueden constituir la principal causa de un desequilibrio ecológico que parte de la modificación del cauce, la eliminación de la cobertura vegetal asociada, el aporte de grandes cantidades de sólidos y grasas, lo que afecta procesos como fotosíntesis y producción primaria, generando la reducción de la funcionalidad ecosistémica, socioeconómica de las fuentes hídricas.